En el año 218 AC uno de los grandes estrategas militares de la historia, el general Cartagines Aníbal, cruzó los Alpes y atacó a Roma. El ejercito romano quedó muy sorprendido, no se esperaba en ningún momento que ningún osado cruzara las congeladas cordilleras Alpinas y les atacara.
Después de la sorpresa recibida, llegó el terror, Aníbal trajo junto a su ejercito, un batallón de elefantes. Los romanos quedaron aterrorizados, no tenían experiencia alguna en la lucha contra un ejercito acompañado de tan enormes elefantes.
Con un batallón de 37 elefantes, Anibal logró atravesar las montañas a pesar del terrible clima, el difícil terreno alpino, y la dificultad de dirigir a un ejercito compuesto por soldados de distintas etnias y distintas lenguas. Pero Roma no superó la sorpresa del ataque de Anibal ni el terror de los elefantes.
En los próximos años Aníbal derrotó al ejercito romano en una serie de batallas. Muchos historiadores han escrito páginas y páginas sobre la campaña de Anibal, sus elefantes y el itinerario emprendido en su difícil travesía por los Alpes.
Los expertos han especulado sobre que camino llevó por las montañas. A diferencia de César, Aníbal no dejó ningún escrito y los únicos testimonios sobre la ruta se basan en escritos de Polibio y Tito Libio.
En 1959, la universidad de Standford aprobó un proyecto de trabajo para realizar un seguimiento de la ruta de Anibal por los Alpes. Durante 12 años estudiaron todas las posibles preguntas a cerca del posible itinerario. Excepto la más importante, sentir realmente las adversidades y condiciones de Aníbal a través de los Alpes.
Jonh Hoyte, un estudiante de ingeniería en Cambridge, decidió sentir en sus carnes la historia de Aníbal. Decidió seguir la ruta de los Alpes sobre un elefante. Un elefante indio llamado Jumbo, tomado prestado del zoológico de Turín, tal vez así, sus preguntas encontrarían una respuesta más clara.
Un proyecto que fue el sueño de este estudioso ingeniero británico, que a los 26, tres años más joven que Aníbal en el momento de la invasión, buscaba las respuestas a todas sus dudas.
Partió desde la ciudad francesa de Montmelian con 7 compañeros, incluido un veterinario, 5700 libras en el bolsillo y la hembra de elefante Jumbo. En la preparación para el viaje Jumbo fue entrenada con largas caminatas diarias para mejorar su condición de afrontar con garantías el ascenso. Unas botas especiales de cuerofueron construidas para proteger sus pies. Para protegerla del frío y contra golpes y rasguños fue equipada con rodilleras y un abrigo de tela acolchada. Un suministro de tres Toneladas de alimento fueron también colocadas alrededor del paquidermo.
Este curioso estudio creo una gran popularidad, una multitud entusiasta recibía con honores el paso de la caravana que emulaba la ruta del gran general Aníbal. Incluso a su paso por el Arco del Triunfo en París fueron recibidos con bandas de música y actos protocolarios, ante un público fascinado por el inusual acontecimiento.
Al final de la primera semana, el progreso de Hoyte correspondía aproximadamente con el calendario de Aníbal, pero la parte más difícil estaba por venir.
El equipo Hoyte consiguió superar con buena nota parte del recorrido por las heladas montañas de los Alpes. En el Monte Clapier tuvo que superar algunos lugares realmente peligrosos. Un paso de apenas 2 metros de ancho que llevaban por unos enormes acantilados. En los primeros cuatro días de caminata, Jumbo perdió 136 kilos.
Jonh Hoyte, sacando a menudo en su trayecto una copia de las historias de Polibio, cruzó junto a Jumbo, el paso que se encuentra directamente sobre las llanuras del río Pou, una zona que impresiona incluso a los más osados. Con unos grados superiores al 70%, el descenso de la Clapier es mucho más peligroso que su ascenso, y los textos antiguos dicen: “Que cientos de hombres de Aníbal, cayeron a su muerte en el vertiginoso descenso de los Alpes camino de Roma“. Afortunadamente Hoyte y Jumbo lograron con éxito el desafío.
Más reciente en el 2006, una expedición patrocinada por National Geographic Society y dirigida por el arqueólogo americano Patrick Hunt, realizó una búsqueda de indiciosde Aníbal durante la Segunda Guerra Púnica. Hunt investigó 25 pasos alpinos y señaló al Monte Clapier como la vía más probable.
No existen muchas fotos en la red sobre el asombroso viaje de Jonh Hoyte, pero buscando, buscando, he podido encontrar en una de las ediciones de Life de 1959, en google libros, todas las increíbles fotos de Jonh Hoyte experimentando la ruta de Aníbal.